La Metamorfosis O El Asno De Oro
9781465665621
213 pages
Library of Alexandria
Overview
El arcediano de Sevilla Diego López de Cortegana, escribía a fines del siglo XV, al frente de su traducción de El asno de oro, las siguientes noticias biográficas del autor de esta novela latina: «Lucio Apuleyo, de noble linaje y en su secta platónica, fue natural de la ciudad de Orán, en África, que en aquel tiempo era colonia y población de los romanos, la cual está asentada en los fines de Numidia y Getulia, de donde el mismo Apuleyo confiesa ser; y asimismo Platónico le llama Sidonio de Orán. »Su padre se llamaba Teseo, de los principales de la ciudad, y la madre había nombre Salvia, dueña de mucha virtud; su linaje es muy noble, pues desciende de aquel Plutarco Queronense, y de Sexto, filósofo. »La mujer de Apuleyo se llamaba Pudentila, adornada de todas las virtudes y hermosura. »Él era de buena estatura, los ojos verdes y el cabello rubio. »Floreció en la ciudad de Cartago, teniendo por cónsules Juliano Abito y Claudio Máximo, adonde él, en su mocedad, se empleó en todas las artes liberales, y se aprovechó de la doctrina de los maestros cartagineses, de donde, no sin causa, él se alaba de ser criado en la ciudad insigne de Cartago, a la cual llama venerable maestra de África. »Y también estuvo en la ciudad de Atenas, de donde en aquel tiempo se sacaban los ríos de todas las ciencias, de donde él bebió gran parte; conviene a saber: la afición de la poesía y la política, geometría, y la dulce música, la austeridad de la dialéctica y el manjar real de la filosofía, en tal manera, que con su continuo estudio alcanzó las nueve ciencias liberales. »Después vino a Roma, adonde fue tan dado a la ciencia de la lengua latina, que llegó a la cumbre de la facundia romana, en tal manera, que él fue habido por muy elocuente. Aquí fue ordenado y juntado en el número de los sacerdotes principales de Osiris, el cual se llama el Colegio Sacrosanto, adonde por mandado de aquel ídolo, que por Dios adoraban, él tomó cargo de abogar por los pobres. »Escribió algunos tratados y libros, no menos doctos que elocuentes, de los cuales, los que han parecido, son cuatro libros que se llamaban floridos, en los cuales su florida facundia y olorosa doctrina bien se mostró. Asimismo la oración copiosísima por la cual se defiende contra sus enemigos que le imponían que era mágico, con tanta fuerza y vehemencia de doctrina y elocuencia, que parece que a sí mismo se vence.