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Descripcion del rio Paraguay, desde la boca del Xauru hasta la confluencia del Parana

9781465563569
27 pages
Library of Alexandria
Overview
P. JOSE QUIROGA. El P. José Quiroga, uno de los miembros mas ilustrados y laboriosos de la Compaíia de Jesus en estas Provincias, naciï en 1707 en Fabás, pequeía aldea de la jurisdiccion de la Coruía, en Galicia. La proximidad de este puerto, y la continua conmemoracion que se hacia en su familia de los viages de un deudo que frecuentaba las Colonias, avivaron su natural deseo de visitarlas. Con este objeto emprendiï el estudio de las matemáticas, en las que hizo rápidos y asombrosos progresos; y cuando su edad le permitiï realizar sus designios, se embarcï para hacer su aprendizaje náutico. Toda su ambicion se reducia entonces á adquirir los conocimientos que se necesitan para ocupar el puesto de piloto. En uno de estos viages trabï amistad con un religioso de la Compaíia de Jesus, que pasaba á las Indias para tomar parte en los trabajos evangélicos de sus hermanos. La pintura que este le hizo de su instituto, y de las ventajas que ofrecia á los que manifestaban celo y talentos, hicieron tan viva impresion en el ánimo del jïven Quiroga, que se decidiï desde luego á tomar el hábito de San Ignacio. Sus superiores le incitaron á no abandonar sus estudios, en los que se hallaba bastante adelantado; y para que no le faltasen estímulos, le brindaron con una cátedra de matemática, que fundaron expresamente en el colegio de Buenos Aires. Los servicios del nuevo profesor, provechosos á sus alumnos, lo fueron de un modo mas trascendental para el Gobierno, que por falta de un facultativo, se hallaba á veces en la imposibilidad de resolver cuestiones importantes para el servicio público. Tal era la de los rumbos que debian seguirse en la medicion de las tierras del égido de la ciudad, y que, por no haber sido bien determinados en las concesiones de los primeros pobladores, hacian dudar de sus límites, quitando á los títulos de propiedad su principal requisito. El gobernador D. Domingo Ortiz de Rosas, que en 1744 se hallaba investido del mando supremo de estas provincias, confiï esta tarea al P. Quiroga, que desde entonces fué consultado con preferencia en todas las empresas científicas