Title Thumbnail

La Copa De Verlaine

9781465563408
86 pages
Library of Alexandria
Overview
PABLO Verlaine tenía una sed fatal, una sed monstruosa y suicida, y bebiï hasta la muerte. Tal vez oía la voz de una sirena fabulosa en el fondo glauco del ajenjo. El ruiseíor protervo iba al café D'Harcourt y bebía, bebía’ Las cuartillas aguardaban en una carpeta, junto al tintero feo, mezquino, de fosforero de café. El rincïn era un suave remanso melancïlico en el triunfo de luz y de sonidos del loco París. A veces, con el hïrrido tintero y la pluma oxidada, que manoseaba el vulgo más gárrulo, Verlaine escribía un poema de maravilla. Pocas veces podía pagar sus ajenjos. Cuando llegaban algunos admiradores, algunos amigos, el poeta, tristemente borracho, pedía dinero. Después, a la alta noche, en las tabernas de apaches y de meretrices, a la hora de la fatiga del amor callejero, Verlaine arrojaba los luises que había demandado, como una lluvia de oro, sobre la dolorida canalla. Así sus versos eran una lluvia de estrellas sobre los vulgos que aullaban y le ofendían al verle pasar borracho por su lado. En su barrio tenía una popularidad grotesca. Era un viejo loco, beodo y mal vestido, que arrojaba dinero a la chiquillería, que hacía befa de su extraía liberalidad y le tiraba piedras. Cuando muriï, las comadres hicieron grandes aspavientos viendo llegar coches blasonados y fulgentes uniformes. Creían que su vecino no era sino un mendigo estrafalario. Y espiritualmente no era tampoco muy bien conocido: Car elle me comprend et mon cˆur transparent pour elle seule, hélas, cesse d'être un problçme. Para esa desconocida, rubia o morena o roja, su corazïn transparente cesï de ser un problema, para ella sola’ ; pero ella no existiï jamás. Para sus contemporáneos—a excepciïn de pocos nobles espíritus—fué un gran poeta que tenía un defecto, se emborrachaba y hacía una vida absurda: Derrochï sus felices dotes naturales, que hubiese podido desarrollar para bien de su obra y de su reputaciïn, haciendo una vida más metïdica