Title Thumbnail

Obras completas de Figaro (Complete)

9781465674234
213 pages
Library of Alexandria
Overview
Muy engañados están los que crean que la vida de don Mariano José de Larra debe ofrecer grande alimento á la curiosidad y excitar casi el mismo interés que una novela. Su trágico fin autorizaría para creerlo así tal vez, si las grandes amarguras que envenenaron su existencia, y que tanto contribuyeron á aquel, no entrasen en un círculo que al biógrafo le es imposible traspasar. Los secretos de la familia no son propiedad de nadie, y esto nos obliga á ser muy circunspectos tratándose de un hombre cuya carrera pública empezaba apenas en los momentos en que la muerte le arrebató en la flor de su edad al país á quien había empezado á dar tan brillantes esperanzas. ¿Qué vicisitudes podría ofrecer tampoco la vida de un pobre escritor muerto á los veintiocho años? Su vida literaria es la única que ofrecería algún interés, y ésta, aunque activa y fecunda sobremanera, está fielmente reflejada en sus diversas obras. Diremos pues sólo lo preciso para hacer comprender el carácter de nuestro autor, el espíritu de que siempre estuvo animado al escribir, y la analogía, el contraste á veces que uno y otro presentan con sus producciones literarias. Si su talento tiene puntos de contacto con el genio de Molière y de Cervantes; si como ellos se consagró á hacer la crítica chistosa, pero profunda, de la sociedad de su tiempo; si á semejanza de estos grandes hombres, la sátira fué en sus manos un medio de enseñar tanto como de divertir, también se les pareció en el triste y fatal destino que pesó sobre ellos mientras vivieron. ¡Fígaro, aquel Fígaro que aquéllos que leían sus artículos chispeantes de gracia y festividad se figurarían probablemente en perpetua risa, no gozó un instante de felicidad y puso término á sus días con un suicidio! Su persona nos ofrece un ejemplo de la constante unión, de la íntima alianza, íbamos á decir, que tienen entre sí el placer y el dolor, la alegría y la tristeza, el bien y el mal que forman el lote del hombre sobre la tierra. Don Mariano José de Larra nació en Madrid el 24 de marzo de 1809. Esta fecha es notable. La invasión francesa, que ha sido sin duda alguna la primera causa de los trastornos que así en el orden social y político, como en el orden literario y artístico se han hecho sentir en nuestro país, estaba entonces en toda su fuerza, y con esta invasión debían enlazarse de una manera ú otra los destinos de cuantos hombres han figurado posteriormente en ellos. Mientras una generación ya formada hacía su aparición en la escena instalando todo un sistema de ideas nuevas y desconocidas en España, otra que lo había de verificar más tarde anunciando otros principios que modificasen lo que las primeras tenían de imperfecto, venía al mundo por primera vez; los hombres de 1812 se encumbraban, y los de 1833 nacían; y Larra, que había de hacer entre los últimos uno de los más notables papeles, vió la luz durante esta época. Su infancia no ofreció nada de particular. Crióse en la casa de la Moneda de esta corte, donde residía su abuelo paterno como fiel-administrador, y contaba otros parientes entre sus empleados, en cuyo seno recibió la educación cristiana con que nuestros padres trataban de suplir la falta de otra más brillante, aunque menos sólida: la prontitud con que aprendió su catecismo fué el primer indicio que se tuvo de sus aventajadas disposiciones intelectuales; difícil hubiera sido sin embargo adivinar el giro que estas debían tomar. Cualquiera hubiera dicho entonces que el precoz niño sería con el tiempo un gran teólogo, un eminente jurisconsulto ó un sabio médico, como su padre; pero nadie hubiese pensado que su gloria consistiría en ser el primer crítico de nuestra época. ¿Podía concebirse á la sazón que se pudiera ir más lejos que Moratín?