Verdadera historia de los sucesos de la conquista de la Nueva-España (Complete)
Bernal Díaz del Castillo
9781465656612
201 pages
Library of Alexandria
Overview
En el año de 1514 salí de Castilla en compañía del gobernador Pedro Arias de Ávila, que en aquella sazon le dieron la gobernacion de Tierra-Firme; y viniendo por la mar con buen tiempo, y otras veces con contrario, llegamos al Nombre de Dios; y en aquel tiempo hubo pestilencia, de que se nos murieron muchos soldados, y demás desto, todos los más adolecimos, y se nos hacian unas malas llagas en las piernas; y tambien en aquel tiempo tuvo diferencias el mismo gobernador con un hidalgo que en aquella sazon estaba por capitan y habia conquistado aquella provincia, que se decia Vasco Nuñez de Balboa; hombre rico, con quien Pedro Arias de Ávila casó en aquel tiempo una su hija doncella con el mismo Balboa; y despues que la hubo desposado, segun pareció, y sobre sospechas que tuvo que el yerno se le queria alzar con copia de soldados por la mar del Sur, por sentencia le mandó degollar. Y despues vimos lo que dicho tengo y otras revueltas entre capitanes y soldados, y alcanzamos á saber que era nuevamente ganada la isla de Cuba, y que estaba en ella por gobernador un hidalgo que se decia Diego Velazquez, natural de Cuéllar; acordamos ciertos hidalgos y soldados, personas de calidad de los que habiamos venido con el Pedro Arias de Ávila, de demandalle licencia para nos ir á la isla de Cuba, y él nos la dió de buena voluntad, porque no tenia necesidad de tantos soldados como los que trujo de Castilla, para hacer guerra, porque no habia qué conquistar; que todo estaba de paz, porque el Vasco Nuñez de Balboa, yerno del Pedro Arias de Ávila, habia conquistado, y la tierra de suyo es muy corta y de poca gente. Y desque tuvimos la licencia, nos embarcamos en buen navío y con buen tiempo; llegamos á la isla de Cuba, y fuimos á besar las manos al gobernador della, y nos mostró mucho amor, y prometió que nos daria indios de los primeros que vacasen; y como se habian pasado ya tres años, ansí en lo que estuvimos en Tierra-Firme como en lo que estuvimos en la isla de Cuba aguardando á que nos depositase algunos indios, como nos habia prometido, y no habiamos hecho cosa ninguna que de contar sea, acordamos de nos juntar ciento y diez compañeros de los que habiamos venido de Tierra-Firme y de otros que en la isla de Cuba no tenian indios, y concertamos con un hidalgo que se decia Francisco Hernandez de Córdoba, que era hombre rico y tenia pueblos de indios en aquella isla, para que fuese nuestro capitan, y á nuestra ventura buscar y descubrir tierras nuevas, para en ellas emplear nuestras personas; y compramos tres navíos, los dos de buen porte, y el otro era un barco que hubimos del mismo gobernador Diego Velazquez, fiado, con condicion que, primero que nos le diese, nos habiamos de obligar todos los soldados, que con aquellos tres navíos habiamos de ir á unas isletas que están entre la isla de Cuba y Honduras, que ahora se llaman las islas de los Guanajes, y que habiamos de ir de guerra y cargar los navíos de indios de aquellas islas para pagar con ellos el barco, para servirse dellos por esclavos.