P�nas escogidas
9781465569127
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Library of Alexandria
Overview
Un editor piadoso ha imaginado que de los diversos libros por mí publicados pudieran entresacarse algunos trozos de valor excepcional. Le dejo por entero la responsabilidad del intento. Contra mi gusto también, ¿por qué no he de decirlo? he sido y soy literato. En los años de mi adolescencia y en los primeros de la juventud he creído firmemente que yo había nacido para cultivar las ciencias filosóficas y políticas y para ser un faro esplendoroso dentro de ellas. Llegar a ser un sabio respetado y solemne fué mi única ambición entre los quince y los veinte años. Después por un juego de la fortuna me vi convertido en novelista, y comprendí que la fortuna tenía razón. Me acaeció lo que a Federico II de Prusia. Creyó haber nacido para músico y literato y resultó un guerrero. Lo que puede hacer con más facilidad es lo que el hombre debe hacer. Para mí ha sido tan fácil escribir novelas como a un tenedor de libros efectuar sus operaciones aritméticas. Cuando un amigo comerciante me dice que le sería imposible escribir una novela me sorprende, y cuando le comunico, en secreto, que me siento incapaz de efectuar una división de muchas cifras sin equivocarme varias veces le dejo estupefacto. ¡Cuán fácil es dejarnos arrastrar por aquello que nos es fácil! Así yo puesto a escribir novelas me hallé cautivo de ellas y tan contento como el pez en el agua. El sabio no volvió a sacar la cabeza fuera hasta muchos años después al publicar los Papeles del doctor Angélico