Memoria dirigida al Sr. Marquez de Loreto, Virey y Capitan General de las Provincias del Rio de La Plata
9781465567574
35 pages
Library of Alexandria
Overview
A LA MEMORIA DE VIEDMA SOBRE PATAGONIA. El interes con que la Corte de Madrid empezaba á mirar sus establecimientos ultramarinos, y la actividad del Ministro Galvez, que presidia entonces el Consejo de Indias, iban cortando los abusos que se habian introducido en tan vasta y complicada máquina. El buen êxito que tuvo en Mêjico el plan de colonizacion de Sonora, inspirð á su autor el deseo de extenderlo á otras provincias, y Viedma fuê encargado de plantificarlo en Patagonia. Las circunstancias que acompaîaron este nombramiento merecen ser referidas. Se escusaba Viedma por las muchas atenciones de familia, y por su ninguna aptitud para esta clase de empleos. Insistia el Ministro, y volvia á escusarse el candidato.’Por fin cansado Galvez de la resistencia que encontraba en su protegido, mudð de conversacion, y le preguntð en quê estado habia dejado sus haciendas.’Viedma, que ponia todo su orgullo en pasar por el primer agricultor de Andalucëa, le contestð, que á fuerza de cuidados y trabajos habia logrado llevarlas á un estado de prosperidad extraordinaria' . "Esto es precisamente lo que quiere el Rey que V. haga en Patagonia", le dijo el Ministro, devolviêndole su renuncia. Por primera vez esta porcion considerable del antiguo vireinato de Buenos Aires contaba con el celo de un hábil administrador. Sus habitantes, desatendidos y entregados á sus propios recursos, no habian dado hasta entonces un paso fuera de la senda obscura y degradante de la vida salvage. Las tentativas hechas por los Misioneros no solo habian sido limitadas, sino efëmeras, y hasta el recuerdo de sus trabajos evangêlicos se habia borrado en aquellas regiones. La dificultad de sojuzgar los indëgenas, y la ninguna utilidad que prometia una inmensa extension de tierras incultas, despobladas y, segun decian, estêriles, las habian sustraido de la accion gubernativa de estas provincias. Los Vireyes, satisfechos con tener en su dependencia á las fêrtiles campaîas del Paraguay, y á los ricos valles del Per÷, apartaban la vista de la parte meridional de su jurisdiccion, que miraban como la Siberia de Amêrica. Este abandono, ð mejor diremos desprecio, durð hasta que Viedma fue instalado en su cargo de Super-intendente de los establecimientos patagðnicos. Desde entonces todo fuê vida y actividad; y aunque tuviese el dolor de ver malogrado sus esfuerzos, no por esto renuncið á la esperanza de hacer valer su experiencia para que se acogiesen sus indicaciones