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Angelina (novela mexicana)

9781465563095
305 pages
Library of Alexandria
Overview
DE LA PRIMERA EDICIÑN Allá te va esa novela, lector amigo; allá te van esas páginas desaliíadas o incoloras, escritas de prisa, sin que ni primores de lenguaje ni gramaticales escrúpulos hayan detenido la pluma del autor. Son la historia de un muchacho pobre; pobre muchacho tímido y crédulo, como todos los que allá por el 67 se atusaban el naciente bigote, creyéndose unos hombres hechos y derechos; historia sencilla, vulgar, más vivida que imaginada, que acaso resulte interesante y simpática para cuantos están a punto de cumplir los cuarenta. Como el Rodolfo de mi novela, gran lector de libros románticos, eran todos mis compaíeros de mocedad,—te lo aseguro a fe de caballero,—y ni más ni menos que como Villaverde algunas ciudades de cuyo nombre no quiero acordarme. Ruégote por tu vida, amigo lector, que no te metas en honduras, que no te empeíes en averiguar dïnde está Villaverde, cuna de mi protagonista. Mira que perderías el tiempo y correrías peligro de mentir. Ya sabes que los noveladores inventan ciudades que no existen, y de las cuales no te daría noticia ni el mismísimo García Cubas’ . Tampoco busques en los capitulejos que vas a leer hondas trascendencias y problemas al uso. No entiendo de tamaías sabidurías, y aunque de ellas supiera me guardaría de ponerlas en novela; que a la fin y a la postre las obras de este género,—poesía, pura poesía,—no son más que libros de grata, apacible diversiïn para entretener desocupados y matar las horas, libritos efímeros que suelen parar, olvidados y comidos de polilla, en un rincïn de las bibliotecas. Además: una novela es una obra artística; el objeto principal del Arte es la belleza, y’ "con eso le basta! Mas si por acaso fueses de esos críticos zahoríes que adivinan o presumen de adivinar las intenciones y propïsitos de un autor, para que el mejor día no salgas diciendo que quise decir esto o aquello, declarïte que tengo en aborrecimiento las novelas tendenciosas, y que con esta novelita, si tal nombro merecen estas páginas, sïlo aspiro a divertir tus fastidios y alegrar tus murrias. Y no me pidas otra cosa, y queda con Dios. Orizaba, a 30 de Julio de 1893